30 abr 2010
29 abr 2010
Germania - La superciudad de Hitler
Welthauptstadt Germania ("Capital Mundial" en alemán)
Germania fue el nombre que le dio el Führer Adolf Hitler a la proyectada renovación de Berlín. Esta ciudad era parte de su visión para el futuro de Alemania después de la prevista victoria en la Segunda Guerra Mundial. Albert Speer, "el primer arquitecto del Tercer Reich", produjo muchos de los planes para reconstruir la metrópoli. Sólo una pequeña parte de la cual se realizó antes de la Segunda Guerra Mundial.
El título "Welthauptstadt" fue elegido porque se consideró que la arquitectura de Berlín era en ese momento demasiado provincial y que era necesario poner a Berlín a la par, o en un nivel superior, a la de otras grandes capitales del mundo como lo eran Londres, París o Washington DC.
Algunos proyectos, como la creación de un eje de Este a Oeste de la ciudad, que incluía la ampliación de Charlottenburger Chaussee (hoy Straße des 17. Juni) y la colocación de la Columna de la victoria en el centro de Berlín, fueron realizados. Otros, como la creación de la Große Halle (Gran Cúpula), tuvieron que ser dejados de lado debido al comienzo de la guerra.
Germania sustituiría a la arquitectura de toda la ciudad de Berlín, pero lo más conocido es el centro de esta. Se ingresaría por una avenida central que pasa por debajo del Arco del Triunfo de Hitler, el cual sería ligeramente superior en altura al Arco del Triunfo de Napoleón en París y sería el doble de ancho. Después se pasaría junto al Estadio de Germania el cual sería hecho de granito sólido; también se pasaría junto a la Cancillería del Reich y el Centro del Movimiento Nazi, al final de la avenida se encontraría el Palacio de los Foros Populares, para que las personas hicieran allí sus reuniones; ésta tendría, además, una cúpula de 250 m de diámetro en su base.
Con la subida de Adolf Hitler al poder, éste empezó a pensar en reformar Berlín ya que la consideraba sucia e indigna de Alemania. Por lo que pensó en sustituir su centro con algo adecuado para la Alemania Nazi, así mandó diseñar un centro urbano que se adecuara a sus necesidades.
Albert Speer.Tiempo después se le presentó un arquitecto llamado Albert Speer que tenía la misma visión que Hitler. No obstante se le presentaron obstáculos de diversa índole, como fueron el material y problemas referentes al espacio.
Así Germania tendría los siguientes edificios: el Volkshalle, el Estadio Olímpico de Germania, el Arco del Triunfo de Hitler, el Palacio de la Cancillería o Cancillería del Reich, el Aeropuerto de Tempelhof, y el Palacio de Congresos, entre otros.
Cuando Speer encontraba un problema, Hitler solo tenía una orden que dar: "¡Soluciónelo!". Esto provocó que se dieran soluciones asombrosas para su época, como son los pilotes especiales para fango y materiales 100% antibombas. Solo se construyó la Cancillería del Reich, el Estadio Olímpico y los pilotes del arco del triunfo, ya que el dinero se tuvo que desviar a la guerra.
Arquitectura monumental planeada. El eje Norte-Sur iba a ser el nuevo centro de Berlín.
El primer paso de estos planes fue la construcción del Estadio Olímpico para los Juegos Olímpicos de 1936. Un estadio más grande, capaz de mantener 400.000 espectadores. Sólo se excavaron los cimientos antes de que el proyecto fuera abandonado. De haberse completado la construcción, éste estadio seguiría siendo el más grande en el mundo.
Speer también diseñó una nueva Cancillería, que incluía una amplia sala dos veces más largo que el Salón de los Espejos en el Palacio de Versalles.
Hitler quería la construcción de una tercera Cancillería, aún mas grande pero nunca fue iniciado. La segunda cancillería fue destruida durante la Batalla de Berlín (1945). Ese mismo año fue demolida en presencia del primer ministro inglés sir Winston Churchill.
Avenida de la Victoria
Casi ninguno de los otros edificios previstos para Germania se construyó nunca. Berlín iba a ser reorganizada a lo largo de un bulevar de casi 5 km de largo y 120 m de ancho conocido como la Avenida de la Victoria, ésta iría hacia el sur desde un punto de intersección con el eje Este-Oeste cerca de la Puerta de Brandenburgo, siguiendo el curso de la antigua Siegesallee (Avenida de la victoria) a través del Tiergarten continuando hacia el oeste hasta el Aeropuerto de Tempelhof.
Este nuevo eje Norte-Sur serviría para realizar grandes desfiles y el tráfico sería cerrado, desviando los vehículos hacia una autopista subterránea pasando directamente debajo de la ruta del desfile. Secciones de éste túnel se construyeron y todavía existen al año 2009. Ningún trabajo fue comenzado por sobre la tierra aunque Speer relocalizó la Siegesallee en otra parte del Tiergarten en 1938, en preparación para la construcción de la avenida.
El plan también incluía la construcción de dos nuevas estaciones de ferrocarril como parte del proyecto del eje Norte-Sur.
Große Halle
En el extremo norte de la avenida, en la parte norte del eje Este-Oeste, se ubicaría un gran foro abierto conocido como Großer Platz con una superficie de alrededor de 350.000 m².
Esta plaza estaría rodeada de los más grandes edificios de la ciudad, con el Palacio del Führer en el lado oeste, el Edificio del Reichstag en el lado este y, la Cancillería del Tercer Reich y el alto mando del Ejército alemán en el lado sur (en ambos lados de la plaza de la entrada de la Avenida de la Victoria).
En el lado norte de la plaza, Speer planeó construir el centro de la nueva Berlín, un enorme edificio con cúpula, la Volkshalle (Palacio de los foros populares), diseñado por el propio Hitler. Que hubiera sido el mayor espacio cerrado que jamás se hubiese construido en el mundo. Aunque los trabajos no pudieron comenzar antes de la guerra, todas las tierras fueron adquiridas, y la ingeniería de los planes elaborados.
El edificio habría sido de más de 200 m de altura y 250 m de diámetro, dieciséis veces más grande que la cúpula de San Pedro.
Arco del Triunfo
Hacia el extremo sur de la avenida se encontraría un arco de triunfo sobre la base del Arco de Triunfo en París pero mucho más grande. Éste tendría más de 100 m de altura, y podría haber situado al monumento parisino dentro de su apertura.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 provocó la decisión de detener la construcción hasta después de la guerra para salvar a materiales estratégicos.
Planificación
Aun hoy subsisten las dudas en cuanto a si el terreno pantanoso de Berlín podría haber soportado el peso de los proyectos propuestos. Esta duda llevó a la construcción de un edificio de exploración llamado Schwerbelastungskörper (traducción literal: pesada carga física), que todavía existe. Se trata básicamente de un enorme cilindro de hormigón utilizado por los arquitectos para probar cuánto peso el terreno podía soportar. Instrumentos de seguimiento verificaban cuanto se hundía el bloque en la tierra. Schwerbelastungskörper se hundió el 7 pulgadas en tres años cuando la profundidad máxima permitida era de 2,5 pulgadas. Usando la evidencia reunida por estos gigantescos dispositivos, es improbable que el suelo hubiera soportado este tipo de estructuras.
Al momento de la invasión inicial de la Unión Soviética (Operación Barbarroja) en junio de 1941, Hitler esperaba obtener la victoria en la Segunda Guerra Mundial en 1945, y luego había previsto, después de completar la construcción de Welthauptstadt Germania, celebrar una gran Feria Mundial de Berlín en 1950 para luego retirarse.
Curiosidades
La novela de historia alternativa Fatherland (1992), de Robert Harris, prevé una Alemania nazi que ganó la Segunda Guerra Mundial en la que finalmente se ha realizado la visión de Hitler y Speer de un reconstruido y monumental Berlín alrededor de 1964.
Fuente Wikipedia
Video documental del proyecto Germania
Germania fue el nombre que le dio el Führer Adolf Hitler a la proyectada renovación de Berlín. Esta ciudad era parte de su visión para el futuro de Alemania después de la prevista victoria en la Segunda Guerra Mundial. Albert Speer, "el primer arquitecto del Tercer Reich", produjo muchos de los planes para reconstruir la metrópoli. Sólo una pequeña parte de la cual se realizó antes de la Segunda Guerra Mundial.
El título "Welthauptstadt" fue elegido porque se consideró que la arquitectura de Berlín era en ese momento demasiado provincial y que era necesario poner a Berlín a la par, o en un nivel superior, a la de otras grandes capitales del mundo como lo eran Londres, París o Washington DC.
Algunos proyectos, como la creación de un eje de Este a Oeste de la ciudad, que incluía la ampliación de Charlottenburger Chaussee (hoy Straße des 17. Juni) y la colocación de la Columna de la victoria en el centro de Berlín, fueron realizados. Otros, como la creación de la Große Halle (Gran Cúpula), tuvieron que ser dejados de lado debido al comienzo de la guerra.
Germania sustituiría a la arquitectura de toda la ciudad de Berlín, pero lo más conocido es el centro de esta. Se ingresaría por una avenida central que pasa por debajo del Arco del Triunfo de Hitler, el cual sería ligeramente superior en altura al Arco del Triunfo de Napoleón en París y sería el doble de ancho. Después se pasaría junto al Estadio de Germania el cual sería hecho de granito sólido; también se pasaría junto a la Cancillería del Reich y el Centro del Movimiento Nazi, al final de la avenida se encontraría el Palacio de los Foros Populares, para que las personas hicieran allí sus reuniones; ésta tendría, además, una cúpula de 250 m de diámetro en su base.
Con la subida de Adolf Hitler al poder, éste empezó a pensar en reformar Berlín ya que la consideraba sucia e indigna de Alemania. Por lo que pensó en sustituir su centro con algo adecuado para la Alemania Nazi, así mandó diseñar un centro urbano que se adecuara a sus necesidades.
Albert Speer.Tiempo después se le presentó un arquitecto llamado Albert Speer que tenía la misma visión que Hitler. No obstante se le presentaron obstáculos de diversa índole, como fueron el material y problemas referentes al espacio.
Así Germania tendría los siguientes edificios: el Volkshalle, el Estadio Olímpico de Germania, el Arco del Triunfo de Hitler, el Palacio de la Cancillería o Cancillería del Reich, el Aeropuerto de Tempelhof, y el Palacio de Congresos, entre otros.
Cuando Speer encontraba un problema, Hitler solo tenía una orden que dar: "¡Soluciónelo!". Esto provocó que se dieran soluciones asombrosas para su época, como son los pilotes especiales para fango y materiales 100% antibombas. Solo se construyó la Cancillería del Reich, el Estadio Olímpico y los pilotes del arco del triunfo, ya que el dinero se tuvo que desviar a la guerra.
Arquitectura monumental planeada. El eje Norte-Sur iba a ser el nuevo centro de Berlín.
El primer paso de estos planes fue la construcción del Estadio Olímpico para los Juegos Olímpicos de 1936. Un estadio más grande, capaz de mantener 400.000 espectadores. Sólo se excavaron los cimientos antes de que el proyecto fuera abandonado. De haberse completado la construcción, éste estadio seguiría siendo el más grande en el mundo.
Speer también diseñó una nueva Cancillería, que incluía una amplia sala dos veces más largo que el Salón de los Espejos en el Palacio de Versalles.
Hitler quería la construcción de una tercera Cancillería, aún mas grande pero nunca fue iniciado. La segunda cancillería fue destruida durante la Batalla de Berlín (1945). Ese mismo año fue demolida en presencia del primer ministro inglés sir Winston Churchill.
Avenida de la Victoria
Casi ninguno de los otros edificios previstos para Germania se construyó nunca. Berlín iba a ser reorganizada a lo largo de un bulevar de casi 5 km de largo y 120 m de ancho conocido como la Avenida de la Victoria, ésta iría hacia el sur desde un punto de intersección con el eje Este-Oeste cerca de la Puerta de Brandenburgo, siguiendo el curso de la antigua Siegesallee (Avenida de la victoria) a través del Tiergarten continuando hacia el oeste hasta el Aeropuerto de Tempelhof.
Este nuevo eje Norte-Sur serviría para realizar grandes desfiles y el tráfico sería cerrado, desviando los vehículos hacia una autopista subterránea pasando directamente debajo de la ruta del desfile. Secciones de éste túnel se construyeron y todavía existen al año 2009. Ningún trabajo fue comenzado por sobre la tierra aunque Speer relocalizó la Siegesallee en otra parte del Tiergarten en 1938, en preparación para la construcción de la avenida.
El plan también incluía la construcción de dos nuevas estaciones de ferrocarril como parte del proyecto del eje Norte-Sur.
Große Halle
En el extremo norte de la avenida, en la parte norte del eje Este-Oeste, se ubicaría un gran foro abierto conocido como Großer Platz con una superficie de alrededor de 350.000 m².
Esta plaza estaría rodeada de los más grandes edificios de la ciudad, con el Palacio del Führer en el lado oeste, el Edificio del Reichstag en el lado este y, la Cancillería del Tercer Reich y el alto mando del Ejército alemán en el lado sur (en ambos lados de la plaza de la entrada de la Avenida de la Victoria).
En el lado norte de la plaza, Speer planeó construir el centro de la nueva Berlín, un enorme edificio con cúpula, la Volkshalle (Palacio de los foros populares), diseñado por el propio Hitler. Que hubiera sido el mayor espacio cerrado que jamás se hubiese construido en el mundo. Aunque los trabajos no pudieron comenzar antes de la guerra, todas las tierras fueron adquiridas, y la ingeniería de los planes elaborados.
El edificio habría sido de más de 200 m de altura y 250 m de diámetro, dieciséis veces más grande que la cúpula de San Pedro.
Arco del Triunfo
Hacia el extremo sur de la avenida se encontraría un arco de triunfo sobre la base del Arco de Triunfo en París pero mucho más grande. Éste tendría más de 100 m de altura, y podría haber situado al monumento parisino dentro de su apertura.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 provocó la decisión de detener la construcción hasta después de la guerra para salvar a materiales estratégicos.
Planificación
Aun hoy subsisten las dudas en cuanto a si el terreno pantanoso de Berlín podría haber soportado el peso de los proyectos propuestos. Esta duda llevó a la construcción de un edificio de exploración llamado Schwerbelastungskörper (traducción literal: pesada carga física), que todavía existe. Se trata básicamente de un enorme cilindro de hormigón utilizado por los arquitectos para probar cuánto peso el terreno podía soportar. Instrumentos de seguimiento verificaban cuanto se hundía el bloque en la tierra. Schwerbelastungskörper se hundió el 7 pulgadas en tres años cuando la profundidad máxima permitida era de 2,5 pulgadas. Usando la evidencia reunida por estos gigantescos dispositivos, es improbable que el suelo hubiera soportado este tipo de estructuras.
Al momento de la invasión inicial de la Unión Soviética (Operación Barbarroja) en junio de 1941, Hitler esperaba obtener la victoria en la Segunda Guerra Mundial en 1945, y luego había previsto, después de completar la construcción de Welthauptstadt Germania, celebrar una gran Feria Mundial de Berlín en 1950 para luego retirarse.
Curiosidades
La novela de historia alternativa Fatherland (1992), de Robert Harris, prevé una Alemania nazi que ganó la Segunda Guerra Mundial en la que finalmente se ha realizado la visión de Hitler y Speer de un reconstruido y monumental Berlín alrededor de 1964.
Fuente Wikipedia
Video documental del proyecto Germania
Monumento al Descamisado - La octava maravilla
Un descamisado 45 metros más alto que la Estatua de la Libertad. Una base más grande que el Luna Park. 14
ascensores. Un salón grecorromano con paredes de mármol, frisos y columnas. Una cúpula revestida de mosaicos con pepitas de oro. Una basílica laica. Y un sarcófago de 400 kilos de plata para albergar el cuerpo de Eva Perón. Sin embargo, los restos de la obra faraónica más grande de la Argentina yacen enterrados cerca de ATC.
El Coloso
El Descamisado peronista iba a tener 45 metros por encima de la Estatua de la Libertad de Nueva York y a ser tres veces más alto que los 38 metros del Cristo Redentor de Río de Janeiro.Por Ignacio Jawtuschenko
El monumento más grande del mundo iba a ser en honor a Eva Perón. Un Aconcagua peronista, con un templo laico en la base. Un megaproyecto, el primero de la larga historia de alternativas fallidas para guardar el cuerpo de Eva Perón. Pero el emplazamiento de un coloso de cara al Río de la Plata, tan mítico como el del puerto de Rodas en la antigua Grecia, no se frustró como aquél –derribado según la leyenda por un terremoto en el 223 a.C.–. Al monumento a Evita se lo tragó el golpe de la Libertadora de 1955.
A lo largo de la historia, regímenes políticos de lo más diversos han invertido gran parte de sus riquezas en proyectos monumentales. Desde las pirámides de Egipto o Teotihuacán, los arcos del triunfo y hasta las catedrales góticas de la Europa medieval, enseñan la invencibilidad de los que gobiernan y la gloria del cielo. Por eso también, aquí, el gobierno de Perón anunciaba que un monumento a Eva Perón perpetuaría su obra por los siglos de los siglos. Pero el proyecto chocó con una maldición: la historia de las “realizaciones justicialistas” en materia escultórica es, curiosamente, la de una larga lista de promesas fallidas.
El Megaperonista
El monumento, con 137 metros de altura, sería casi tan alto como la catedral de Notre Dame. Con 100 metros, el diámetro de su base superaría al estadio Luna Park. Contaría con escaleras helicoidales y 14 ascensores, tantos como las extintas Torres Gemelas neoyorquinas, y un sarcófago de 400 kilos de plata.
Los planos lo muestran de pie en la cúspide, recubierto de cobre como la cúpula del palacio del Congreso. Es un descamisado de 67 metros de altura que, parado sobre un basamento de 70 metros, transforma todo alrededor en precipicio.
Es un titán sin semejantes que pesa 43 mil toneladas, rasca el cielo para representar con elocuencia el poder de Juan y Eva Perón. Aunque odiosas, las comparaciones son ilustrativas. Una maqueta comparativa lo muestra 45 metros por encima de la Estatua de la Libertad de Nueva York y triplica los 38 metros del Cristo Redentor de Río de Janeiro.
Con gesto de haber perdido la ternura pero no la cautela, saca pecho. Un viril trabajador, esbelto, sobrio, aseado, delante de su herramienta –un yunque–, con la camisa arremangada y puños firmemente apretados –crispados– que anticipan las tensiones de una lucha que deberá ganar. Es un caucásico sin rasgos de argentinidad: es el descamisado universal. Centinela de aplastante presencia erigido para acompañar la nueva aurora soñadora de mañanas mejores, y representar una evolución: la superioridad del trabajador justicialista por sobre todos los pasados.
Nacido el 4 de julio
La idea apareció a mediados de 1951 en el cenit del primer gobierno peronista: el mismo año en que Ezequiel Martínez Estrada somatizaba en la piel su antiperonismo y caía enfermo por una severa psoriasis “negra como el carbón y dura como la corteza de un árbol”, Eva Perón deseaba erigir el monumento más grande del mundo al “Descamisado de la Patria”. Había visitado en París la tumba de Napoleón y había quedado impresionada por su diseño.
“Que sea el mayor del mundo. Tiene que culminar con la figura del Descamisado, en el monumento mismo haremos el museo del peronismo, habrá una cripta para que allí descansen los restos de un descamisado auténtico, de aquellos que cayeron en las jornadas de la Revolución. Allí espero descansar también yo cuando muera”, fueron las instrucciones de Evita a su escultor favorito, el italiano León Tommasi, quien por entonces, instalado en un taller en San Isidro, ya trabajaba sobre otras figuras de líneas neoclásicas que fueron destinadas a decorar por poco tiempo la parte superior del inmenso edificio grecorromano de la Fundación Evita, hoy sede de la Facultad de Ingeniería de la UBA. En diciembre de 1951 Tommasi llevó a la residencia presidencial una maqueta que le alegró a Evita la poca vida que le quedaba. “Es genial porque es grande y sencillo”, dicen que dijo.
Su deseo se trasladó al texto de la ley 14.124, sancionada tras ocho días de discursos el 4 de julio de 1952, pocos días antes de su muerte. Asegurar su inmortalidad pasó a ser una cuestión de Estado. El monumento eternizaría a Eva Perón. Se establecieron dos años como plazo de finalización y también se ordenó el emplazamiento de “réplicas del monumento en la capital de cada provincia y de cada territorio nacional”.
Se financiaría con aportes populares y se autorizaba al Poder Ejecutivo a adelantar 4 millones de pesos. El Correo puso en circulación estampillas “pro monumento”, y a partir de la ley se formó una Comisión Nacional del Monumento a Eva Perón, presidida por la senadora Juana Larrauri.
En el interior de la ballena
En el primer aniversario de su muerte, el 26 de julio de 1953, se expusieron al público en el Ministerio de Trabajo y Previsión la maqueta, los gráficos y planos finales de la obra. En un momento se discutió si reemplazar el gigante Descamisado por una estatua de Evita. Finalmente resultó que las proporciones de su fisonomía no se correspondían con las dimensiones colosales requeridas, y se decidió que una imagen de Eva Perón se corporizara en mármol de Carrara, con una estatua de dimensiones apenas mayores a las reales, y que a sus pies tuviera las figuras de dos trabajadores: uno de músculo y otro de intelecto. El conjunto se colocaría en la cripta al lado de su sarcófago de plata, cuya tapa se levantaría según la ocasión para mostrarla dentro de una caja de cristal.
En la base del monumento se abriría una basílica laica, un santuario pensado para que de todo el mundo llegaran a venerarla. Según el plano, los accesos al templo serían a través de tres puertas de bronce con bajorrelieves de la Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Allí aparecían representados los momentos imborrables en la vida de Evita y el movimiento peronista: el 17 de octubre de 1945, el abrazo con Perón el 1 de mayo de 1951, la condecoración de Eva Perón el 17 de octubre de 1951, Eva Perón y el descamisado, Eva Perón y las mujeres, Eva Perón y los trabajadores, las lágrimas de su pueblo, Evita y los niños y el último saludo del 4 de junio de 1952. Había, también, un salón grecorromano con paredes de mármol, rodeado por frisos y columnas, con techo alto de cúpula revestida de mosaicos con pepitas de oro y tan amplio que permitió planear bordearlo con una frase kilométrica como la cordillera de los Andes extraída del capítulo XVII de La razón de mi vida: “Hubo al lado de Perón, una mujer que se dedicó a llevarle al Presidente las esperanzas del Pueblo, que luego Perón convertía en realidades. De aquella mujer sólo sabemos que el Pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita”.
Las manos a las obras
El 11 de enero de 1955 se adjudicó la licitación de la obra a la empresa del Estado Wayss y Fritag. El inicio de la construcción se demoró. Para ubicar los cimientos tuvieron que realizar excavaciones, desplazar cables de alta tensión y un colector cloacal. Fue una obra faraónica sólo empatada por el rellenado de la Ciudad Deportiva de la Boca. Se volcaron 18 mil metros cúbicos de tierra para tapar dos antiguas piletas de filtros de Obras Sanitarias de la Nación y levantar ahí el obrador, depósitos de materiales y maquinarias. Con 400.000 kilos de hierro y 4000 metros cúbicos de hormigón se hicieron los cimientos que permanecen allí enterrados. Superados los inconvenientes, la obra llegó a inaugurarse y el mismo Perón colocó la primera cucharada de mezcla en la estructura a levantarse. Corría el 30 de abril (y ya en pocos meses más el convaleciente Martínez Estrada iba a sanar, sintomática o milagrosamente, con el shock anímico de la caída del Régimen).
El lugar de emplazamiento era al norte de la ciudad. La maqueta muestra al monumento, de cara al río, en el parque ubicado en el hueco dejado por la primitiva cancha de River Plate, entre las avenidas Libertador y Figueroa Alcorta, y las calles Tagle y Libres del Sur, frente a la residencia presidencial, por entonces ubicada en la barranca en la que se alza hoy la Biblioteca Nacional. Como referencias cercanas se destacan también el Automóvil Club Argentino y la Facultad de Derecho. Aseguraban que allí sería visto, sin obstáculos, desde muy lejos.
Los fósiles
Para entonces, el italiano León Tommasi pudo terminar un conjunto secundario de cinco esculturas de 2,2 x 2 metros de base, 4 metros y medio de alto y 35 toneladas cada una. Estas piezas, del peso de un elefante africano, materializaban las emociones e imágenes de redención e igualdad nacidas a partir de octubre de 1945. Decapitadas y con los brazos rotos, fueron arrojadas al fondo del Riachuelo con la caída de Perón. Décadas después, obreros de Obras Públicas las rescataron. Algunas están hoy en el añoso bosque de acacias y cipreses de la ex Quinta 17 de Octubre que perteneciera a Perón, casi como metáforas: La Independencia Económica, El Conductor, El Justicialismo, La Razón de mi Vida y Los Derechos del Trabajador, enormes saurios fosilizados sin cabeza, asomados desde la orilla de otra edad.
ascensores. Un salón grecorromano con paredes de mármol, frisos y columnas. Una cúpula revestida de mosaicos con pepitas de oro. Una basílica laica. Y un sarcófago de 400 kilos de plata para albergar el cuerpo de Eva Perón. Sin embargo, los restos de la obra faraónica más grande de la Argentina yacen enterrados cerca de ATC.
El Coloso
El Descamisado peronista iba a tener 45 metros por encima de la Estatua de la Libertad de Nueva York y a ser tres veces más alto que los 38 metros del Cristo Redentor de Río de Janeiro.Por Ignacio Jawtuschenko
El monumento más grande del mundo iba a ser en honor a Eva Perón. Un Aconcagua peronista, con un templo laico en la base. Un megaproyecto, el primero de la larga historia de alternativas fallidas para guardar el cuerpo de Eva Perón. Pero el emplazamiento de un coloso de cara al Río de la Plata, tan mítico como el del puerto de Rodas en la antigua Grecia, no se frustró como aquél –derribado según la leyenda por un terremoto en el 223 a.C.–. Al monumento a Evita se lo tragó el golpe de la Libertadora de 1955.
A lo largo de la historia, regímenes políticos de lo más diversos han invertido gran parte de sus riquezas en proyectos monumentales. Desde las pirámides de Egipto o Teotihuacán, los arcos del triunfo y hasta las catedrales góticas de la Europa medieval, enseñan la invencibilidad de los que gobiernan y la gloria del cielo. Por eso también, aquí, el gobierno de Perón anunciaba que un monumento a Eva Perón perpetuaría su obra por los siglos de los siglos. Pero el proyecto chocó con una maldición: la historia de las “realizaciones justicialistas” en materia escultórica es, curiosamente, la de una larga lista de promesas fallidas.
El Megaperonista
El monumento, con 137 metros de altura, sería casi tan alto como la catedral de Notre Dame. Con 100 metros, el diámetro de su base superaría al estadio Luna Park. Contaría con escaleras helicoidales y 14 ascensores, tantos como las extintas Torres Gemelas neoyorquinas, y un sarcófago de 400 kilos de plata.
Los planos lo muestran de pie en la cúspide, recubierto de cobre como la cúpula del palacio del Congreso. Es un descamisado de 67 metros de altura que, parado sobre un basamento de 70 metros, transforma todo alrededor en precipicio.
Es un titán sin semejantes que pesa 43 mil toneladas, rasca el cielo para representar con elocuencia el poder de Juan y Eva Perón. Aunque odiosas, las comparaciones son ilustrativas. Una maqueta comparativa lo muestra 45 metros por encima de la Estatua de la Libertad de Nueva York y triplica los 38 metros del Cristo Redentor de Río de Janeiro.
Con gesto de haber perdido la ternura pero no la cautela, saca pecho. Un viril trabajador, esbelto, sobrio, aseado, delante de su herramienta –un yunque–, con la camisa arremangada y puños firmemente apretados –crispados– que anticipan las tensiones de una lucha que deberá ganar. Es un caucásico sin rasgos de argentinidad: es el descamisado universal. Centinela de aplastante presencia erigido para acompañar la nueva aurora soñadora de mañanas mejores, y representar una evolución: la superioridad del trabajador justicialista por sobre todos los pasados.
Nacido el 4 de julio
La idea apareció a mediados de 1951 en el cenit del primer gobierno peronista: el mismo año en que Ezequiel Martínez Estrada somatizaba en la piel su antiperonismo y caía enfermo por una severa psoriasis “negra como el carbón y dura como la corteza de un árbol”, Eva Perón deseaba erigir el monumento más grande del mundo al “Descamisado de la Patria”. Había visitado en París la tumba de Napoleón y había quedado impresionada por su diseño.
“Que sea el mayor del mundo. Tiene que culminar con la figura del Descamisado, en el monumento mismo haremos el museo del peronismo, habrá una cripta para que allí descansen los restos de un descamisado auténtico, de aquellos que cayeron en las jornadas de la Revolución. Allí espero descansar también yo cuando muera”, fueron las instrucciones de Evita a su escultor favorito, el italiano León Tommasi, quien por entonces, instalado en un taller en San Isidro, ya trabajaba sobre otras figuras de líneas neoclásicas que fueron destinadas a decorar por poco tiempo la parte superior del inmenso edificio grecorromano de la Fundación Evita, hoy sede de la Facultad de Ingeniería de la UBA. En diciembre de 1951 Tommasi llevó a la residencia presidencial una maqueta que le alegró a Evita la poca vida que le quedaba. “Es genial porque es grande y sencillo”, dicen que dijo.
Su deseo se trasladó al texto de la ley 14.124, sancionada tras ocho días de discursos el 4 de julio de 1952, pocos días antes de su muerte. Asegurar su inmortalidad pasó a ser una cuestión de Estado. El monumento eternizaría a Eva Perón. Se establecieron dos años como plazo de finalización y también se ordenó el emplazamiento de “réplicas del monumento en la capital de cada provincia y de cada territorio nacional”.
Se financiaría con aportes populares y se autorizaba al Poder Ejecutivo a adelantar 4 millones de pesos. El Correo puso en circulación estampillas “pro monumento”, y a partir de la ley se formó una Comisión Nacional del Monumento a Eva Perón, presidida por la senadora Juana Larrauri.
En el interior de la ballena
En el primer aniversario de su muerte, el 26 de julio de 1953, se expusieron al público en el Ministerio de Trabajo y Previsión la maqueta, los gráficos y planos finales de la obra. En un momento se discutió si reemplazar el gigante Descamisado por una estatua de Evita. Finalmente resultó que las proporciones de su fisonomía no se correspondían con las dimensiones colosales requeridas, y se decidió que una imagen de Eva Perón se corporizara en mármol de Carrara, con una estatua de dimensiones apenas mayores a las reales, y que a sus pies tuviera las figuras de dos trabajadores: uno de músculo y otro de intelecto. El conjunto se colocaría en la cripta al lado de su sarcófago de plata, cuya tapa se levantaría según la ocasión para mostrarla dentro de una caja de cristal.
En la base del monumento se abriría una basílica laica, un santuario pensado para que de todo el mundo llegaran a venerarla. Según el plano, los accesos al templo serían a través de tres puertas de bronce con bajorrelieves de la Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Allí aparecían representados los momentos imborrables en la vida de Evita y el movimiento peronista: el 17 de octubre de 1945, el abrazo con Perón el 1 de mayo de 1951, la condecoración de Eva Perón el 17 de octubre de 1951, Eva Perón y el descamisado, Eva Perón y las mujeres, Eva Perón y los trabajadores, las lágrimas de su pueblo, Evita y los niños y el último saludo del 4 de junio de 1952. Había, también, un salón grecorromano con paredes de mármol, rodeado por frisos y columnas, con techo alto de cúpula revestida de mosaicos con pepitas de oro y tan amplio que permitió planear bordearlo con una frase kilométrica como la cordillera de los Andes extraída del capítulo XVII de La razón de mi vida: “Hubo al lado de Perón, una mujer que se dedicó a llevarle al Presidente las esperanzas del Pueblo, que luego Perón convertía en realidades. De aquella mujer sólo sabemos que el Pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita”.
Las manos a las obras
El 11 de enero de 1955 se adjudicó la licitación de la obra a la empresa del Estado Wayss y Fritag. El inicio de la construcción se demoró. Para ubicar los cimientos tuvieron que realizar excavaciones, desplazar cables de alta tensión y un colector cloacal. Fue una obra faraónica sólo empatada por el rellenado de la Ciudad Deportiva de la Boca. Se volcaron 18 mil metros cúbicos de tierra para tapar dos antiguas piletas de filtros de Obras Sanitarias de la Nación y levantar ahí el obrador, depósitos de materiales y maquinarias. Con 400.000 kilos de hierro y 4000 metros cúbicos de hormigón se hicieron los cimientos que permanecen allí enterrados. Superados los inconvenientes, la obra llegó a inaugurarse y el mismo Perón colocó la primera cucharada de mezcla en la estructura a levantarse. Corría el 30 de abril (y ya en pocos meses más el convaleciente Martínez Estrada iba a sanar, sintomática o milagrosamente, con el shock anímico de la caída del Régimen).
El lugar de emplazamiento era al norte de la ciudad. La maqueta muestra al monumento, de cara al río, en el parque ubicado en el hueco dejado por la primitiva cancha de River Plate, entre las avenidas Libertador y Figueroa Alcorta, y las calles Tagle y Libres del Sur, frente a la residencia presidencial, por entonces ubicada en la barranca en la que se alza hoy la Biblioteca Nacional. Como referencias cercanas se destacan también el Automóvil Club Argentino y la Facultad de Derecho. Aseguraban que allí sería visto, sin obstáculos, desde muy lejos.
Los fósiles
Para entonces, el italiano León Tommasi pudo terminar un conjunto secundario de cinco esculturas de 2,2 x 2 metros de base, 4 metros y medio de alto y 35 toneladas cada una. Estas piezas, del peso de un elefante africano, materializaban las emociones e imágenes de redención e igualdad nacidas a partir de octubre de 1945. Decapitadas y con los brazos rotos, fueron arrojadas al fondo del Riachuelo con la caída de Perón. Décadas después, obreros de Obras Públicas las rescataron. Algunas están hoy en el añoso bosque de acacias y cipreses de la ex Quinta 17 de Octubre que perteneciera a Perón, casi como metáforas: La Independencia Económica, El Conductor, El Justicialismo, La Razón de mi Vida y Los Derechos del Trabajador, enormes saurios fosilizados sin cabeza, asomados desde la orilla de otra edad.
Esclavos en Roma
En Roma, la principal fuente de aprovisionamiento de esclavos era la guerra; el expansionismo romano y sus continuas campañas de conquista permitieron un flujo continuo desde los primeros tiempos de la historia de la ciudad y de manera especial, a partir de las guerras fuera de la Peninsula Italiana; tras la toma de Tarento en el año 209 a C., durante la etapa final de la guerra contra Anibal, se hicieron 30.000 esclavos entre sus habitantes.
A partir de las campañas de Grecia y Oriente, especialmente desde el siglo II a. C., el número de prisioneros alcanzó los centenares de miles. Tan sólo tras la batalla de Pidna contra los griegos, en el año 168 A.C., su vencedor Emilio Paulo Vendió 150.000 hombres. Julio César, tras sólo una de las batallas de la conquiesta de las Galias, aportó de golpe 53.000 prisioneros al mercado de esclavos de Roma.
Algunos autores calculan que en total, tras varios años de campaña, César hizo posible que cerca de un millón de prisioneros galos fueran destinados a la venta. Trajano, al regreso de su segunda camapaña contra los dacios en 109, trajo consigo 50.000 prisioneros.
A partir de las campañas de Grecia y Oriente, especialmente desde el siglo II a. C., el número de prisioneros alcanzó los centenares de miles. Tan sólo tras la batalla de Pidna contra los griegos, en el año 168 A.C., su vencedor Emilio Paulo Vendió 150.000 hombres. Julio César, tras sólo una de las batallas de la conquiesta de las Galias, aportó de golpe 53.000 prisioneros al mercado de esclavos de Roma.
Algunos autores calculan que en total, tras varios años de campaña, César hizo posible que cerca de un millón de prisioneros galos fueran destinados a la venta. Trajano, al regreso de su segunda camapaña contra los dacios en 109, trajo consigo 50.000 prisioneros.
26 abr 2010
El Tenedor
El tenedor llegó a Europa procedente de Constantinópla a principios del siglo XI de la mano de Teodora, hija del emperador de Bizancio Constantino Ducas. Lo llevó a Venecia al contraer matrimonio con Domenico Selvo, Dux de aquella Republica. Pero Teodora era tachada por sus contemporáneos, por esta y otras refinadas maneras orientales, como escandalosa y reprobable.
Los defensores del tenedor intentaron varias veces introducirlo en Francia sin exito. En la Edad Media Catalina de Bulgaria quiso hacerlo popular en la corte pero los franceses la consideraron cursi y licenciosa. Más tarde fué Carlos V de Francia, que lo conoció en Venecia tras una vuelta de un viaje a Polonia. Pero esta vez el fracaso tuvo motivos puramente sexuales: el rey y sus inseparables amigos tenian fama de homosexuales y el tenedor volvió a perder la batalla al ser considerado como un objeto caprichoso propio de personas un tanto equívocas.
La realiad es que el rechazo que tuvo el tenedor durante siglos obedecía más a una falta de habilidad de los comensales que a una posible falta de utilidad. Un autor contaba como los comensales se causaban heridas con ellos, pinchandose con sus afiladas púas los labios, las encias y la lengua.
Ya en el siglo XVII el viajero ingles Thomas Coyat cuenta lo generalizado que estaba el tenedor en Italia. En España encontramos referencias en el siglo XIV como un instrumento que usaban los maestros trinchadores, y el marqués de Villena, en un tratado de 1423 titulado Arte Cisoria, incluye un utenslio cuya descripción corresponde a un tenedor de tres puntas. El uso del tenedor se generalizó en España en el siglo XIX y en concreto fué Barcelona donde se creó la primer industria en la fabricación de estos indispensables, en la actualidad utensilios.
Los defensores del tenedor intentaron varias veces introducirlo en Francia sin exito. En la Edad Media Catalina de Bulgaria quiso hacerlo popular en la corte pero los franceses la consideraron cursi y licenciosa. Más tarde fué Carlos V de Francia, que lo conoció en Venecia tras una vuelta de un viaje a Polonia. Pero esta vez el fracaso tuvo motivos puramente sexuales: el rey y sus inseparables amigos tenian fama de homosexuales y el tenedor volvió a perder la batalla al ser considerado como un objeto caprichoso propio de personas un tanto equívocas.
La realiad es que el rechazo que tuvo el tenedor durante siglos obedecía más a una falta de habilidad de los comensales que a una posible falta de utilidad. Un autor contaba como los comensales se causaban heridas con ellos, pinchandose con sus afiladas púas los labios, las encias y la lengua.
Ya en el siglo XVII el viajero ingles Thomas Coyat cuenta lo generalizado que estaba el tenedor en Italia. En España encontramos referencias en el siglo XIV como un instrumento que usaban los maestros trinchadores, y el marqués de Villena, en un tratado de 1423 titulado Arte Cisoria, incluye un utenslio cuya descripción corresponde a un tenedor de tres puntas. El uso del tenedor se generalizó en España en el siglo XIX y en concreto fué Barcelona donde se creó la primer industria en la fabricación de estos indispensables, en la actualidad utensilios.
La Hidroterapia
Lo cierto es que las propiedades curativas del agua fueron reconocidas por muchas civilizaciones antiguas. Pero fué el médico griego Hipócrates, padre de la ciencia médica en el siglo IV A.C., quien hizo que la hidroterapia fuese considerada como un método terapéutico eficaz.
Este famoso griego empezó a utilizar técnicas que se siguen empleando hoy en dia, tales como los baños de mar, los de vapor, los que se realizan con agua fria, la aplicación de compresas de agua caliente, etc.
Basicamente, consiste en la utilización del agua para curar enfermedades, producir relajación, aliviar el dolor y mejorar la salud en general. La hidroterapia estimula el cuerpo con agua a diferentes temperaturas provocando una reacción autocurativa del organismo.
Este famoso griego empezó a utilizar técnicas que se siguen empleando hoy en dia, tales como los baños de mar, los de vapor, los que se realizan con agua fria, la aplicación de compresas de agua caliente, etc.
Basicamente, consiste en la utilización del agua para curar enfermedades, producir relajación, aliviar el dolor y mejorar la salud en general. La hidroterapia estimula el cuerpo con agua a diferentes temperaturas provocando una reacción autocurativa del organismo.
23 abr 2010
¡Menudo banquete!
Menú que se sirvió en el banquete de toma de poesión de un cargo público, en Roma, en el siglo I A.C:
Los entremeses consitieron en un retablo de erizos de mar, ostras frescas a discreción, dos clases de almejas, tordos con espárragos, gallinas cebadas, pastel de ostras y mariscos y bellotas de mar blancas y negras.
Luego venian diversos platos de mariscos, puequeños pajarillos (papahigos y hortelanos), riñones de ciervo y jabalí y aves empanadas.
Los grandes platos eran pecho de cerdo, pastel de lo mismo, diversos pasteles de jabalí y de pescado preparados con deiversas sazones, liebres y aves asadas. El texto no habla de los postres, pero sabemos que Julio César estuvo presente.
Los entremeses consitieron en un retablo de erizos de mar, ostras frescas a discreción, dos clases de almejas, tordos con espárragos, gallinas cebadas, pastel de ostras y mariscos y bellotas de mar blancas y negras.
Luego venian diversos platos de mariscos, puequeños pajarillos (papahigos y hortelanos), riñones de ciervo y jabalí y aves empanadas.
Los grandes platos eran pecho de cerdo, pastel de lo mismo, diversos pasteles de jabalí y de pescado preparados con deiversas sazones, liebres y aves asadas. El texto no habla de los postres, pero sabemos que Julio César estuvo presente.
El Saturnismo
El Saturnismo, una enfermedad causada por envenenamiento de plomo, que provoca serios transtornos mentales, incluso la muerte, se llama así por las saturnales romanas, fiestas en honor a Saturno en la que consumian grandes cantidades de vino, ya que el vino se conservaba en ánforas recubiertas con plomo en sus paredes interiores para hacerlas estancas.
Se achaca al saturnismo crónico el comportamiento de emperadores como Calígula, Claudio o Nerón, debido a la gran afición a la bebida que tenian.
Se calcula que el consumo medio de vino en la antigua Roma era de entre uno y cinco litros de vino por persona al día. Solo en el banquete triunfal del general romano Lúpulo (90 .a.C) se consumieron en la ciudad de Roma cuatro millones de litros.
Se achaca al saturnismo crónico el comportamiento de emperadores como Calígula, Claudio o Nerón, debido a la gran afición a la bebida que tenian.
Se calcula que el consumo medio de vino en la antigua Roma era de entre uno y cinco litros de vino por persona al día. Solo en el banquete triunfal del general romano Lúpulo (90 .a.C) se consumieron en la ciudad de Roma cuatro millones de litros.
20 abr 2010
El portacorbatas
En la corte de Luis XV de Francia, se creó la figura del portacorbatas, un criado cuyo cometido era abrochar y desabrichar la corbata al rey.
Enfermedades misteriosas
Una de ellas fué una epidémia declarada en Inglaterra durante el año 1496 y que se conoce en la historia médica como "el sudor ingles", que aunque se inició en Inglaterra, se extendió rapidamente por todo el norte de Europa.
Los afectados eran hombres jóvenes, siendo inmunes los niños y los ancianos; aparecian de forma repentina escalofrios nocturnos y accesos febriles, que se acompañaban de dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas y ahogos, siendo lo más caracteristico una gran sudoración seguida de una erupción cutanea acompañada de manchas o llagas; mientras que en los graves se complicaban con delirios, parálisis y somnolencia; en dos semanas el brote desaparecía de la zona afectada. El último brote de esta misteriosas enfermedad se produjo en el año 1551, y hasta hoy ...
Los afectados eran hombres jóvenes, siendo inmunes los niños y los ancianos; aparecian de forma repentina escalofrios nocturnos y accesos febriles, que se acompañaban de dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas y ahogos, siendo lo más caracteristico una gran sudoración seguida de una erupción cutanea acompañada de manchas o llagas; mientras que en los graves se complicaban con delirios, parálisis y somnolencia; en dos semanas el brote desaparecía de la zona afectada. El último brote de esta misteriosas enfermedad se produjo en el año 1551, y hasta hoy ...
18 abr 2010
¡Eureka!
Se le atribuye al sabio griego Arquímedes (287-212 a.C.), alumno de Euclides, el descubrimiento de la ley de la flotabilidad. Se cuenta que Hierón, rey de Siracusa (ciudad natal de Arquimedes), sospechando de un orfebre que le había hecho una corona, le pidió que demostrara si dicha corona era de oro puro o adulterado; pero tenía que demostrarlo sin dañarla de ningún modo. A Arquimedes no se le ocurría como hacerlo, hasta que un dia, al meterse en el baño y observar cómo subía el agua y se desbordaba la bañera exclamó "¡Eureka!", que significa "¡Lo encontré!", y salió a la calle desnudo gritando "¡Eureka!¡Eureka!". Su idea era medir el agua desplazada por la corona y luego el agua desplazada por un peso igual de oro. Se desconoce el resultado de la verificación.
¡Menudo armario!
Cuando murió Isabel de Rusia en 1762, en su guardarropas fueron hallados 15.000 vestidos. Acostumbraba a cambiarse de ropa dos, e incluso tres veces por noche.
El año más largo de la historia
Hasta el año 46 a.C. se utilizaba el calendario egipcio. Este, como carecía de años bisiestos, habia acumulado una diferencia de bastantes dias. Julio Cesar resolvió parcilmente el problema del calendario egipcio introduciendo un dia extra cada 4 años (años bisiestos). Para compensar el delizamiento del calendario egipcio, el año 46 a.C. se le añadieron 2 meses extra, asi como 23 dias más en Febrero. Asi, el año 46 a.C. es el año más largo registrado, con 455 dias.
Esta mejora tambien producía desplazamiento de las estaciones, aunque más lentamente (más de 7 dias cada 1000 años). Como fundador, Julio Cesar se dedicó un mes a si mismo, el de Julio, con 31 dias. Cuando su sobrino Octavio Augusto se convirtió en emperador de Roma, tambien se apropió de un mes, el de Agosto, al que le añadió un dia más, quitandoselo al mes de Febrero.
Esta mejora tambien producía desplazamiento de las estaciones, aunque más lentamente (más de 7 dias cada 1000 años). Como fundador, Julio Cesar se dedicó un mes a si mismo, el de Julio, con 31 dias. Cuando su sobrino Octavio Augusto se convirtió en emperador de Roma, tambien se apropió de un mes, el de Agosto, al que le añadió un dia más, quitandoselo al mes de Febrero.
15 abr 2010
1 abr 2010
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