Maurice Maeterlinck, inicia su libro La vida de las hormigas, definiéndolas de este modo: Son heminópteros aculiformes minadores que viven en sociedad. Se ha calculado que existen más de 6.000 especies con sus características y costumbres particulares. Las hormigas y los termes son insectos sociables y, las abejas, contra lo que generalmente se cree, sólo lo son de un modo excepcional; de las 10.000 clases de abejas contabilizada, solo viven en sociedad unas quinientas.
Los insectos más abundantes en los yacimientos terciarios son la hormigas.¿Y cómo es la vida en el hormiguero? Todo está calculado y se procede con un orden inalterable. Los huevos puestos por la reina, inmediatamente, reciben el cuidado de las amas de cría que las mantienen en cámaras de un calor uniforme. Las pupas son sacadas al aire libre cuando brilla el sol y si amenaza el frío las devuelven a sus cámaras. Tan pronto las pupas se transforman en jóvenes hormigas comienzan a trabajar en las tareas a las que son asignadas.
Hay hormigas vegetarianas y otras que son cazadoras. Las cazadoras envían columnas cerradas de oteadoras, éstas se mueven en unos 100 metros a la redonda, terreno que reconocen sin equivocarse. Las columnas se dividen en guerrillas que exploran el terreno, sin asustarse por el tamaño de su enemigo. Hay hormigas africanas que caen sobre los leopardos dormidos, les muerden las mucosas, inyectándoles veneno. Al cabo de pocos días no queda del animal otra cosa que sus huesos.
Maeterlinck, dice que las que viven en los árboles, los taladran del mismo modo que los hacen los termes, es decir, forman huecos , pero procurando respetar la corteza. Esculpen la vivienda en la madera, un piso encima del otro, tantos como sean necesarios para la vida del pueblo hormiguero. Y agrega que es contemplar una verdadera maravilla, un indefinido objeto de arte, complicado, extravagante, minucioso, alucinador, si se extrae uno de estos nidos. En los trópicos hay hormigas que ponen sus grandes nidos en la axila de la rama gruesa de un árbol y fabrican una especie de pasta, parecida a la de las avispas, que la sujeta y a la rama y la disimula. Tampoco olvida Maeterlinck de citar las hormigas de vida nómadas, que se puede que viven en tiendas de campaña, y en sus incesantes excursiones se conforman con cualquier domicilio provisional, en el cual - durante la noche - recogen a sus larvas y ninfas. Y también están las hilanderas que tejen con lanzaderas y que en el reino de las hormigas y, más todavía, en el reino animal entero, ocupan la cúspide de la jerarquía intelectual.
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