Revista Multitemática Virtual

21 may 2010

TEORÍA DE LAS VENTANAS ROTAS

En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el Prof. Phillip Zimbardo
realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la
calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color.. Uno lo
dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el
otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos
idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo
de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en
cada sitio.

Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado
en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc.
Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no lo destruyeron. En cambio el
auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto..

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en
la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y
de izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí,
cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto
llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del
automóvil de Palo Alto.

El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el
robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que
el del barrio pobre. ¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un
vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso
delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con
la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto
abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación
que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas,
de reglas, como que vale todo. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y
multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve
incontenible, desembocando en una violencia irracional.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling),
desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un punto de
vista criminológico, concluye que el delito es mayor en las zonas donde el
descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo
repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos
de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el
delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse en lugar prohibido,
exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja) y las mismas no son
sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más
graves. Si se permiten actitudes violentas como algo normal en el desarrollo
de los niños, el patròn de desarrollo serà de mayor violencia cuando estas
personas sean adultas.

Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son
progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de
sus casas por temor a las pandillas), esos mismos espacios abandonados por la
gente son progresivamente ocupados por los delincuentes.

La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a
mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se había
convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir
las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el lugar, suciedad de las
estaciones, ebriedad entre el público, evasiones del pago del pasaje, pequeños
robos y desórdenes. Los resultados fueron evidentes. Comenzando por lo
pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.

Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York,
basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del metro,
impulsó una política de 'tolerancia cero'. La estrategia consistía en crear
comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a
las normas de convivencia urbana.

El resultado práctico fue un enorme abatimiento de todos los índices
criminales de la ciudad de Nueva York.

1 comentario:

O.K. dijo...

Que excelente estudio y reflexión, es una constante que a mayor descuido e indiferencia hacia las cosas, estas se deterioran y se hechan a perder y peor aún, poniendo el mal ejemplo. Una llamada de atención muy aplicable para muchos paises como el nuestro.

Inmejorable forma de debutar en este blog Mik.

Saludos hasta Chihuahua